Ron English, Muslim Mickey |
Se escucharon algunas historias enternecedoras, como la anécdota con que comenzó la profesora López-Jacoíste su intervención para ilustrar la dificultad de conciliar el respeto a los derechos humanos (que, al parecer, admiten una cómoda gradación en niveles, de más a menos inalienables) y la lucha contra el terrorismo internacional, que trataba de un pobre oficial israelí destinado a la Franja de Gaza y enfrentado allí al terrible dilema de tirotear o no a un grupo de palestinos que se había aproximado a su patrulla, y en el que se encontraba una embarazada que precisaba atención médica; o la de dos ancianitas berlinesas que tuvieron la mala fortuna de apalabrar la venta de su casa con un par de árabes cuyas cuentas, a la postre, fueron congeladas por tratarse de supuestos terroristas. Pero sobre todo se habló del islam y de los musulmanes, de oídas y con una ligereza verdaderamente pasmosa, digna de esos foros donde parece darse por hecho que no va a haber ninguno escuchando; de ahí, tal vez, que Bénédicte Real, que comenzó su charla sobre derecho humanitario islámico con una referencia a las Torres Gemelas, se sintiera en la necesidad de tirar de manual y explicar(se) qué es el islam (ya se sabe, mucho más que una religión: un "código de conducta" regido por un Derecho, el islámico, que es el único que conocen los musulmanes).
Bastante más llamativo me resultó el énfasis que ponía esta joven promesa de la islamología de ocasión, con el asenso complaciente de parte de la mesa, en el hecho de que el Imperio otomano ("Turquía" según ella) adoptara en 1876 el emblema de la media luna roja, o de que en el Irán previo a la revolución islámica ("Irán" a secas —¿para qué matizar y perder con ello una nota de exotismo?—) se utilizaran el león y el sol rojos (شير وخورشيد سرخ). Sobre todo al no hacer mención alguna del Magen David Adom (מגן דוד אדום), que no fue reconocido por el ICRC hasta 2006; y tampoco del hecho de que Henri Dunant, el promotor de la idea, era suizo, y de la similitud de la bandera de su país (de fuertes connotaciones cristianas) con el emblema original de la Cruz Roja; por no hablar de su trayectoria colonial o su condición de "primer cristiano sionista". Salvo que todo ello, bien es verdad, habría aportado poco al axioma indiscutible de que los países musulmanes, con Turquía (la misma que patrocina junto a España la Alianza de Civilizaciones, insistió más adelante Cervell) e Irán (cuyo anterior presidente formuló la idea del diálogo entre civilizaciones —گفتوگوی تمدنها—) a la cabeza, son del todo reacios a integrarse en cualquier tipo de organismo internacional, como lo son en general, qué duda cabe, los inmigrantes musulmanes: "El fenómeno terrorista", dice Gutiérrez Espada en esta entrevista, "es fruto de una interpretación particular del Islam que probablemente no es la mayoritaria, aunque sí cuenta con una base social amplia".
La nota divertida, por último, que también la hubo, la puso la misma Real, que por momentos, y para desconcierto de algunos semblantes, parecía contradecir algún que otro postulado del ideario yijadológico, como que el Corán permita el uso indiscriminado de la violencia, o al repetir caritativamente que "no somos tan distintos", y que no todo es blanco o negro.
7 comentarios :
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Gracias por informarnos de todo esto, es increíble la flora y fauna que hay en este país bajo el disfraz de investigador o profesor universitario; o ambas al mismo tiempo. Dios nos salve de que publiquen nada.
Por cierto, no he entendido muy bien a qué viene lo del león y el sol rojos, es un símbolo próximo-oriental que se hunde casi en la noche de los tiempos y que poco tiene que ver con el Islam y sí con la astrología y la monarquía xD.
Bueno, como es obvio, están en su perfecto derecho de publicar lo que crean conveniente (y en la universidad española, por desgracia, se medra antes publicando —sumando libros, artículos y refritos— que enseñando bien). Lo que tal vez convendría preguntarse es si la homeopatía es la única pseudociencia que sobra en la enseñanza pública. El proyecto de investigación de Gutiérrez Espada recibe 20.650€ de la Fundación Séneca (la Agencia de Ciencia y Tecnología de la Región de Murcia). Tal vez de ahí el hincapié en lo científico de la reunión y del proyecto, porque, en mi humilde opinión, ese tótum revolútum que le da título sólo puede calificarse de 'ciencia' si le añadimos de seguida la palabra 'ficción'. Me pregunto, p. ej., qué suerte correría un proyecto denominado "Cruzada, derecho internacional y Trío de las Azores".
En cuanto al león y sol (se me olvidaba, Renata), te recomiendo este artículo de la imprescindible Encyclopædia Iranica. Lo chocante, durante la mesa redonda, fue que la misma conferenciante desconocía el "extraño" origen del emblema y el hecho, incluso, de que ya no estaba en uso (aunque Irán se haya reservado el derecho de hacerlo en un futuro); y por otro lado, naturalmente, que se hiciera mención de éste y no del israelí, muchísimo más conocido, y que tampoco se acomoda al original de la Cruz Roja. El mensaje era claro como el agua: qué particulares son estos musulmanes, que no comparten nuestros símbolos.
Ni que decir tiene que escamoteando el ejemplo israelí, el argumento cobra fuerza.
Me lo había imaginado, pero vamos que me parece un ejemplo de "inadaptación" un tanto cogido de los pelos.
Gracias por el enlace, ya había leído ese artículo de la Enciclopedia Iranica, que a mí también me gusta mucho. Sin embargo, el león y el sol aparecen en el arte egipcio y fenicio, y recuerdo haber visto al menos un ejemplo en el arte arameo también. Es natural que a lo largo de los siglos vaya cambiando el significado de los símbolos y el uso que se les da, y muchas veces aparecen en los lugares más inesperados (como los leones del bote de Al-Mughira http://www.esacademic.com/pictures/eswiki/80/Pyxid_Al_Mughira_OA_4068.jpg) ;). Creo que los símbolos, sus paralelos y su evolución es un tema muy interesante.
Para su colección yijadológica particular, me permito recomendarle, si en algún momento estuvieran disponibles, el visionado y la atenta escucha de los primerísimos minutos de la presentación que acaba de hacer Antonio Gala, el célebre autor de obras de investigación histórica como El manuscrito carmesí, de El Sur de Víctor Erice en la «Versión española» de esta noche. Cosas oiredes...
Gracias, don Jesús. Ya está disponible (minuto 3:20): "De verdad, los yihadistas están absolutamente queriendo recuperar Al-Ándalus."
Pero no le extrañe, la capacidad serendípica de este ex presidente de la Asociación de Amistad Hispano-Árabe es insondable: "Gala relató", dice una nota en El País (20.05.1998), "que fue su presencia en el Salón Árabe del Ayuntamiento bilbaíno en un acto protocolario y una posterior comida [...] en el café Iruña —cuya decoración le recordó a la Alhambra— lo que le indujo a escribir El manuscrito carmesí".
A saber dónde almorzaría el día en que se grabó el programa...
Más madera... (O de cómo, a este paso, habrá más yijadólogos que yihadistas.)
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