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31 de diciembre de 2012

Un año acaba y otro empieza

En esta ocasión quiero desear a los lectores de Anís del moro un feliz año nuevo con un motivo circular propio de manuscritos y de los primeros tipos de imprenta árabes. Se trata de la llamada دارة o دائرة (círculo), que representa a la letra هاء o quizá, más bien, a la abreviatura اه (también هى), y ésta a su vez a la expresión انتهى (se acabó), con que se marcaba tradicionalmente el final de una frase, párrafo, cita, etc., antes de que irrumpieran en la escritura árabe los signos de puntuación europeos. La frase debajo, "Ha acabado un año y ha empezado otro" (انتهى عام وبدأ عام), o más libremente, "Un año acaba y otro empieza", aparece compuesta, como este carácter (sin definir aún en Unicode, creo), en la versión definitiva de la fundición "Arabe maghrébin" de Marcellin Legrand (1850), revisitada ya magistralmente por Franck Jalleau y Titus Nemeth en 2009.

Con este círculo se cierra otro y se abre uno nuevo: كل عام (ودائرة) وأنتم بخير. Feliz 2013 a todos.

26 de diciembre de 2012

Manchas de tinta simpática

[...] ورفع للوزير الحكيم كتاباً في الخواص وصنعة الأمدة وآلة طبع الكتاب غريب في معناه [...]
Il dédia au vizir Alhaquim un livre sur les propriétés et la fabrication de l'encre et les instruments de l'imprimerie, et c'est un livre singulier par son contenu. [...]
Qu'une allusion à une imprimerie quelconque soit contenue dans ces lignes, cela ne peut raisonnablement se mettre en doute; reste à savoir si elle s'appliquait aux livres, ou seulement à d'autres objets, comme toiles, etc.
El sello de la alcaicería de Almería
En estos términos se dirigía Pascual de Gayangos a su colega Joseph von Hammer Purgstall a propósito de la consulta que éste le había hecho, y que daría pie al artículo del orientalista austriaco titulado "Sur un passage curieux de l'Ihathet, sur l'art d'imprimer chez les Arabes en Espagne" (Journal Asiatique, 1852, IV série, t. XX, p. 252-5; 254). Para Gayangos no cabía duda de que la biografía de "Aboubekr el Kollosi" (أبو بكر القللوسي), presente en el primer tomo de la Ihathet (الإحاطة في أخبار غرناطة) que él mismo le había prestado a Hammer Purgstall, contenía efectivamente una referencia a algún tipo de procedimiento de impresión, y en apoyo de dicha certeza adjuntaba la impronta de un sello de madera "trouvé il y a quelque temps à Almérie" y que, según su grabado, se empleaba en la alcaicería de aquella ciudad "pour marquer les colis", conjetura el español, "ou toiles qui étaient en vente" (p. 255).

El pasaje en cuestión resulta no menos oscuro en la edición más conocida de esta obra, la de Mohamed Abdulla Enan (محمد عبد الله عنان), publicada en El Cairo entre 1973-1978 (1976, vol. III, p. 76):

Y es necesario acudir al tratado del mismo Abu Bakr al-Qalalusi o al-Qallusi (originario tal vez de Calaluz, en la Sierra Bermeja de Estepona), p. ej., en la edición de Hossam Ahmed Mokhtar El-Abadi (حسام أحمد مختار العبادي), aparecida en Alejandría en 2007, para comprobar que, junto a la fabricación de tintas (y tintes para tejidos), versa sobre el modo de quitar sus manchas y las de otras sustancias de distintas superficies, entre ellas, la ropa. Es de hecho en el sentido de 'mancha' en el que aparece empleada la voz طبع (cf. el marroquí طبعة o el maltés tebgħa), sistemáticamente, en todo el tratado, y nunca en el de 'imprimir' o siquiera en el de 'estampar'. De ahí que en ese «آلة طبع الكتاب» de Gayangos o en la amalgama de Enan, «التطبع الشاب» haya que ver un «قلع طبع الثياب», como corrige El-Abadi (p. 8, n, 8), o más bien un «إز]الة طبع الثياب]», con el mismo sentido (eliminación de las manchas de la ropa), pero que además explicaría la lectura de آلة / التـ en las otras versiones.

La Historia, a veces, se escribe con tinta simpática.

18 de febrero de 2012

Veinticuatro punzones

En 1909, con un artículo titulado "Nueva tipografía árabe", publicado en el nº 15 de la revista Cultura española (p. 759-764), el arabista Julián Ribera y el ingeniero Antonio Prieto y Vives anunciaban la patente (registrada con el nº 42.259) de un "nuevo sistema tipográfico" árabe, invención suya, que consistía en una fundición obtenida con tan sólo veinticuatro punzones y una caja simplificada "en tal forma, que se economiza más de la mitad del tiempo en la composición, corrección y distribución", y que permitía "poner en una página doble número de líneas que en los tipos antiguos" (p. 764).


Fuera del espécimen que acompaña al artículo (véase arriba), estos tipos sólo parecen haber llegado a utilizarse dos años más tarde, por primera y única vez, en la edición que hace Roque Chabás de la Doctrina cristiana en lengua arábiga y castellana para la instrucción de los moriscos del Ilustrísimo Sr. D. Martín de Ayala (Valencia, 1911), según explica el propio Ribera en el prólogo de la obra (p. xii-xiii):
Los tipos árabes empleados constituyen el primer ensayo de un sistema nuevo que, a excitaciones nuestras, ha inventado el docto numismático y agudísimo ingeniero español D. Antonio Prieto y Vives. [...]
Como primer ensayo que es, se han podido apreciar algunos defectillos que se subsanarán en fundiciones sucesivas que ahora se están haciendo. El Sr. Chabás ha querido que la publicación de esta Doctrina fuese la que inaugurase el tipo nuevamente inventado.

19 de enero de 2012

The Dutch connection

Indagando, a propósito del eurábigo (Eurabic) de Thomas Milo (Euro-Arabic para Geoffrey Roper), en los comienzos de la impresión con tipos móviles árabes en España, he llegado hasta Antonio Pérez de Soto, que es al parecer el primero que los utilizó en nuestro país, en la impresión de la Bibliotheca arabico-hispana escurialensis (Madrid, 1760-70), el célebre catálogo de manuscritos árabes de El Escorial que había confeccionado Miguel Casiri (ميخائيل الغزيري) de García (sic), sacerdote maronita, bibliotecario e intérprete de lenguas orientales de la Secretaría de Estado.

Página de la Bibliotheca arabico-hispana escurialensis
Según se lee en la correspondencia de su patrocinador, Gregorio Mayans (Epistolario, Valencia, 1987, VII), la fundición árabe utilizada había sido traída desde Holanda:
Está muy próxima a empezarse la impresión de la Bibliotheca arábiga escurialense; ya ha venido la fundición de la letra arábiga y el impresor está formando la prueba. El sirio D. Miguel Casiri trabaja en ella, bien y como si fuera de hierro, y sabe lo que trabaja.
---"Manuel Martínez Pingarrón a Gregorio Mayans y Siscar, 10 de julio de 1751", p. 368-9.
Ya se ha tirado una hoja de prueba para la Bibliotheca arabico-hispana escurialensis, y se ha presentado por el sirio D. Miguel Casiri al padre confesor; ha salido bellísima, un árabe admirable y muy limpio, y la letra latina también corresponde; no tardará en empezarse la impresión.
---"Manuel Martínez Pingarrón a Gregorio Mayans y Siscar, 17 de julio de 1751", p. 369-70.
El día 18 de mayo me mandaron pasar al Escorial con D. Miguel Casiri, en donde me he mantenido hasta el día 6 de éste. El asunto ha sido ayudarle en la separación de los códices arábigos por facultades para que de este modo salga su Bibliotheca con la mayor claridad; y él se ha quedado allí por algunos días más para reconocer (si acaso lo necesita) alguna otra cosilla en los mismos códices para mayor ilustración de la obra, la cual espera a D. Miguel para empezarse a imprimir, y a este fin está comprado el papel, que es de marquilla, hecha la fundición de la letra romana, traída de Holanda la fundición de la letra arábiga, dado dinero adelantado al impresor, éste adiestrado en el conocimiento de los caracteres arábigos (aunque D. Miguel habrá de ser el que lo haga todo porque no se yerre) [...]. 
---"Manuel Martínez Pingarrón a Gregorio Mayans y Siscar, 9 de junio de 1752", p. 396-7.

Una tipografía similar será la que aparezca años después en la Muestra de los nuevos punzones y matrices para la letra de imprenta executados por orden de S.M. y de su caudal destinadado a la dotación de su Real Biblioteca, de Jerónimo Antonio Gil, publicada en 1787 (p. 44-5), con la novedad, se hace notar, de haberle añadido "las mociones, que por no tenerlas hasta aquí se han hecho nuevamente en este presente año de 1786", que sumaban 10 matrices a las 122 existentes, y 10 punzones a los 119 originales.

"Se va completando la fundición arábiga", indica Juan Antonio Mayans a Francisco Cerdá en carta del 3 de julio de 1784, "para lo cual será menester algún tiempo más del que necesita la fundición que Vm. dispone para sus Opúsculos, que no necesita de matrices nuevas".

Con mociones y la misma tipografía, sin embargo, está impresa en 1775 y a cargo del mismo Pérez de Soto la Gramática arábigo-española, vulgar, y literal de fray Francisco Cañes, y también su Diccionario español, latino-arábigo (Madrid, Imprenta de don Antonio Sancha, 1787), pese a que el Conde de Campomanes, autor del "Discurso preliminar sobre la utilidad de la lengua arábiga" que sigue al prólogo, le atribuye a la fundición un origen autóctono, al hablar de "los caracteres propios", es decir, árabes (p. xix, n. 22):
De que en el presente reinado se han abierto punzones y matrices por diligencia de D. Juan de Santander, Bibliotecario mayor de S.M.: auxilio del cual carecían nuestros mayores y a que debe atribuirse el atraso padecido en esta parte.
A simple vista se aprecia que la fundición traída de Holanda no es sino una versión más de los tipos que el parisiensis Robert Granjon («روبيرتو الكرنياني الپاريسياني») comienza a grabar en Roma a partir de 1580, y que pocos años después de empezar a ser empleados en la Imprenta Medicea había imitado ya Rafelengio, como él mismo indica en su Specimen characterum arabicorum (Leiden, 1595), al que seguirán Guillaume Le Bé (1599), Peter Kirsten (1608), Savary de Brèves (1613), Erpenio (1615), etc.
Each of these, however, imposed distortions and limitations on their Arabic type designs, partly because of their own failure to appreciate the subtleties of Arabic calligraphy, and partly because of the need to economise with ligatures and other refinements in order to create practical and affordable founts. The same was true of the many other Arabic typographers in different areas of Europe down to the 20th century.
---Geoffrey Roper, "The Travails of Euro-Arabic: Calligraphy, Logography and Typography in the Early Modern Period", Dabireh Collective, 01.09.2009.

En su Specimen, Francisco Rafelengio alabará la elegancia, insuperable, de las impresiones mediceas, pero lamentando que sólo tuvieran a los árabes, sobre todo a los cristianos ("quali sono in Oriente, et Granatini in Spagna", dice un Breve raguaglio redactado por Giovanni Battista Raimondi, director de la imprenta), como destinatarios, en lugar de publicar el diccionario y la gramática para principiantes ("Institutiones Grammaticas indoctis convenientes, & Lexicon") que habían prometido en un principio y que él mismo, como estudiante de árabe, echaba en falta; todo ello con más o menos razón, como detalla Robert Jones ("The Medici Oriental Press...", en G. A. Russell, The 'Arabick' interest of the natural philosophers in seventeenth-century England, Leiden, 1994, p. 88-108): si bien es cierto, p. ej., que en un mismo año (1592) habían salido de la imprenta romana una cartilla de lectura, el Alphabetum arabicum, y dos gramáticas nativas, la llamada Giarrumia (الآجرومية) y la que dicen Caphiah (الكافية), no lo es menos que el provecho que un autodidacta podía obtener de estas obras, juntas o por separado, era muy limitado.

Editar obras didácticas que colmaran las expectativas de los estudiosos ("quae explerent desiderium studiosorum") sería así la razón que adujera Rafelengio para procurarse una fundición idéntica a la de Granjon. Voluntad no le falta, añade, aunque sí los medios ("facultates") para perfeccionar este arte como sería deseable. Por lo demás, puesto que es trabajoso aplicar a las letras árabes sus puntos ("operosum est Arabicis literis sua puncta applicare") y son muchas las cosas que se necesitan para ello, Rafelengio se contenta con que el lector disfrute de su muestra, a la espera de reunir cuanto fuera necesario para plasmar perfectamente la escritura árabe en toda su armonía ("ad Arabicam scripturam omnibus suis absolutam numeris reddendam").

Difícilmente podía imaginar el flamenco, muerto dos años después, que a sus colegas europeos avanzar en esa dirección les llevaría siglos y retrocesos, estos últimos, diría yo, más debidos a la dimensión ideológica del eurábigo que a los obstáculos técnicos.

9 de enero de 2012

Eurábigo



De formidable repaso puede calificarse esta conferencia de Thomas Milo, impartida en el último congreso de la Association Typographique Internationale (ATypI), celebrado en Reikiavik en 2011, y en torno a la actitud de los orientalistas europeos hacia la "cultura islámica de la escritura" y sus insospechadas consecuencias: en concreto la aparición de lo que Milo denomina Eurabic. Con excepciones, como la de Hellmut Ritter y su "Über einige Regeln, die beim Drucken mit arabischen Typen zu beachten sind" (Zeitschrift der Deutschen Morgenländischen Gesellschaft, 100,1950, p. 577-580):
Since the 16th century, Western Orientalists have dismissed the functional structure of the Arabic script, viewing it rather as an irrelevant aberration, calligraphy. They therefore have neglected the study and analysis of this characteristic aspect of the Islamic civilization. Nonetheless, unsuspecting letter foundries and typographers have always sought expertise from precisely such scholars educated with this atitude. As a result, within the family of Semitic scripts, a new sub-variant for the notation of Arabic written languages was inadvertently created, namely Eurabic. In the Islamic world - where this kind of script was initially cast aside as illegible - the use of Eurabic typography was traditionally limited to newspapers and magazines. However, with the rapid rise of superficially Arabized computer technology and the spread of the Internet, the Eurabic phenomenon has begun to take firm root in the Islamic world.

22 de julio de 2011

Aisha

"Aïcha, Aïcha... yo te quiero" («عائشة، عائشة... أنا نبغيك») decía una canción de Cheb Khaled (الشاب خالد —últimamente Khaled a secas—), del mismo título, que aún resuena en mi cabeza.