22 de agosto de 2019

El libro de aprender árabe

Hace unos días publicaba en la página del blog en Facebook una serie de fotogramas extraídos del videocasete, en formato VHS, que acompañaba a la primera edición de Al-Kitaab (1995). Quienes hemos conocido a los protagonistas de la obra a través del DVD de la 2ª edición (2004) solemos encontrar divertido, cuando menos, descubrir a los originales.
La diversión se completaba con alguna referencia a la trayectoria posterior de los actores de la versión de 2004, como este videoclip o esta película de un año después, en que Maha (la actriz ميان كرم en realidad) parece haber hecho amigos, ser feliz y sentirse menos sola finalmente; o alguna foto reciente del que encarnaba a Khalid, عمرو سعد, en compañía de personajes tan dispares como el comediante بسام يوسف o el presidente actual de su país.

"Ya, ya", habrán pensado tal vez algunos antiguos alumnos míos (a los que envío un saludo): "Mucho reírse de Al-Kitaab, pero era el libro de texto que utilizabas con nosotros". Y es cierto, al menos para los que me sufrieron entre 2006 y 2015. Pero si tengo que pedirles disculpas por algo, y creo que sí, no es por haberlos torturado con el melodrama de Khalid y Maha: si uno sólo o principalmente enseña árabe normativo y se vale para ello de un manual, Al-Kitaab, con sus defectos, era y sigue siendo, probablemente, el mejor del mercado (aquí explico, más o menos, por qué) y un "hito", como lo describía un colega, "en la historia de la EALE". Visto desde fuera de este ámbito, el de la enseñanza del árabe como lengua extranjera, puede sorprender, pero, ¿cuál es, p. ej., el diccionario árabe-inglés más empleado hasta hoy por los estudiantes de EE.UU. y otros países anglosajones? El de Hans Wehr, traducción de un diccionario alemán de 1945, concebido, al parecer, para verter Mein Kampf al árabe.

No es de haber seguido Al-Kitaab, por tanto, de lo que me arrepiento y quiero disculparme, sino de haber tardado nueve largos años en dejar de enseñar fundamentalmente árabe normativo y pasar a adoptar un enfoque integral, de cuyas bondades, para más inri, era ya consciente antes de incorporarme a la enseñanza universitaria, y aunque fuera predicando entretanto un committed approach que, de algún modo, lo anunciaba.

Las razones de ese retraso, si es que lo son realmente y no meras excusas, se encuentran apuntadas, de algún modo, en esta serie de entradas (I, II y III) que dediqué, a comienzos de 2016, al reto de poner en marcha esa enseñanza integral, en mi caso con el árabe hablado y escrito en Marruecos como objeto, pero válida para cualquier otro.

A la vista ahora de un Khalid y una Maha anteriores y posteriores a los suyos, distintos, confío en que una mayoría de aquellos alumnos conserven un buen recuerdo, si no del libro ¡o del profesor!, sí de nuestras clases en general. Han de saber que entraron en la casa del árabe, como quien dice, por una ventana, pero también que la enseñanza integral que se perdieron sigue siendo, a día de hoy, rara avis, aunque cada vez sean más quienes la defienden. El propio Al-Kitaab, dicen ahora sus editores en la publicidad de su 3ª revisión, "uses an integrated approach to develop skills in formal and colloquial Arabic, including reading, listening, speaking, writing, and cultural knowledge"; lo que no es, en mi opinión, del todo cierto, pero sí un indicio de hacia dónde soplan los vientos de la EALE. En palabras del principal impulsor del enfoque y de Elizabeth Huntley, "despite the prevailing practice of privileging Fusha in Arabic-as-a-foreign-language programs due to ideological and historical factors, we believe that there is an unmistakable trend towards the acceptance of the integrated approach as a legitimate option in these programs".