Hace unos días leí en El País Tentaciones este artículo de Manuel Cuéllar sobre el blog Awesome Tapes from Africa de Briam Shimkovitz. Echándole un vistazo y viendo los dos o tres cajones que tengo llenos de "casetes increíbles", alguna que otra también del grupo rifeño Ithran (إثران, 'estrellas'), he pensado que, de seguir los pasos de Shimkovitz (o los de Ted Swedenburg), este blog tendría cuerda para rato...
De momento no hay qué temer, pero si tuviera que comenzar rescatando una carátula para la posteridad, sin lugar a dudas sería ésta de cuando Khaled era Cheb Khaled (الشاب خالد), con zapatos blancos y fondo alpino:
Y la última canción de la cara B, a cuyo título le sobra el guión en la carátula: "Ki kount ouki oulite" (كي كنت وكي وليت), que le viene como anillo al dedo:
De momento no hay qué temer, pero si tuviera que comenzar rescatando una carátula para la posteridad, sin lugar a dudas sería ésta de cuando Khaled era Cheb Khaled (الشاب خالد), con zapatos blancos y fondo alpino:
Y la última canción de la cara B, a cuyo título le sobra el guión en la carátula: "Ki kount ouki oulite" (كي كنت وكي وليت), que le viene como anillo al dedo:
Qué canciones aquellas, que comenzaban con "Editions MCPE..." como ésta (o el clásico "éditions Disco Maghreb") y continuaban en árabe: «تقدم...» ("presentan a..."), seguido del nombre del artista y, a veces, de una o varias dedicatorias (la llamada تبريحة, que en ésta aparece al final); o cuyas letras, siempre algo malditas y tangueras, podían llegar a contradecirse en el espacio de una misma cara, como sucede con el tema que abre la A, en que la colega (بنت امّا —que es como decir أختي—) está vieja y fea («هاي كبرت المريولة كي شيانت»), y el que la cierra, en que aún es joven («ما زال كي / زلتي صغيرة عمري وشيانت») pero ya se ha echado a perder igualmente.
Y qué de tiempo e intentos, cinta adelante y atrás, para acabar entendiendo dos o tres palabras... Hoy, en cambio, las probabilidades de localizar en Internet la letra de una canción, traducida incluso, son muchas (salvo en el caso, tal vez, de antiguallas como éstas y otras rarezas), y más aún las de conseguir todo tipo de música árabe sin moverse de casa. No hay necesidad, en fin, de ponderar lo que representa Internet para el estudio de lenguas extranjeras, pero sí tal vez la utilidad de las canciones, que son tal vez el mejor empaquetado que, a efectos de aprendizaje, admite un idioma.