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Blog de A. Giménez, profesor y traductor jurado de árabe
Cuando se trata de aprender y enseñar un idioma extranjero, pocas palabras nunca bastan, aunque el entendedor sea bueno:
Las pruebas de las especialidades de idiomas modernos en los Cuerpos de Profesores de Educación Secundaria y de Profesores de Escuelas Oficiales de Idiomas se desarrollarán en el idioma correspondiente. Asimismo, las pruebas escrita y oral de la especialidad de idioma extranjero en el Cuerpo de Maestros deberán realizarse al menos en parte, en el idioma de referencia, en la forma en que determinen las convocatorias.---Artículo 26.3 del Real Decreto 850/1993, de 4 de junio, por el que se regula el ingreso y la adquisición de especialidades en los Cuerpos de Funcionarios Docentes a que se refiere la Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo.
Asín era puntual. Minutos después de las once su figura emergía de la penumbra del claustro de Derecho. Le veo perfectamente avanzar, erguido, elegante, con un aire entre cardenal y torero, con las manos a la espalda sujetando los pliegues del manteo impecable, que aún no había sustituido por la dulleta.---Emilio García Gómez, "En la jubilación de don Miguel Asín", Al-Andalus, 6 (1941), 2, p. 266.
En Don Emilio todo es y ha sido muy rápido. [...] "Como los toreros —dice—, he toreado los toros conforme salían del toril".---Joaquín Vallvé, "El arabismo en la Universidad Complutense en el siglo XX", Catedráticos en la Academia, Académicos en la Universidad, 1995, p. 119.
Era vivo y ágil como una ardilla. Su mirada, penetrante como la de un lince; su voz, recia y grave, imponía respeto; sus respuestas, tajantes y rotundas, pero siempre su trato fue cordial y su conversación muy grata. A veces dejaba caer en momentos de mayor intimidad y con gestos muy expresivos: «A mí me hubiera gustado ser bailarín o torero, pero no me acompaña el tipo».---Joaquín Vallvé, "Homenaje a don Emilio García Gómez", Revista del Instituto Egipcio de Estudios Islámicos, 28 (1996), p. 140.
El talante: aquella figura menuda y pulcra, de cumplido andar con algo de paso taurino en ruedo y gesto oratorio en tribuna, de espléndida voz sonora, profunda, modulada, de fonética exacta, lo poseía en caudal impresionante, le transminaba y a través de él transminaba.---Pedro Martínez Montávez, "Evocación de un inolvidable maestro universitario", Revista del Instituto Egipcio de Estudios Islámicos, 28 (1996), p. 104.
Me dedico a estas cosas porque no he podido ser, ni director de orquesta sinfónica, una de mis grandes pasiones, ni torero, que era la segunda de mis grandes pasiones.---Juan Pablo Arias, Manuel C. Feria y Salvador Peña, "Pedro Martínez Montávez. Entrevista realizada en la Facultad de Filosofía y Letras de Málaga en julio de 2000", Arabismo y traducción, Madrid, 2003, p. 134.
Yo organicé y di un cursillo sobre la fiesta brava para los estudiantes árabes, pues una de mis dimensiones ha sido y es la preocupación por lo taurino como objeto profundo de reflexión cultural, y recuerdo que en alguna ocasión me cogía una muleta y un capote e intentaba enseñar al becario lo que era una verónica y una media verónica y un farol...---Pedro Martínez Montávez, en Mercedes del Amo y María Isabel Lázaro, "El intelectual y su memoria: Pedro Martínez Montávez", Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos, 52 (2003), 229-254, p. 241.